Aunque una crema emoliente y una hidratante tengan el mismo objetivo, tratar la piel seca, hay algo que las diferencia. A continuación te explicamos el qué.
Aunque ambas se utilicen para dotar a la piel de agua, las cremas emolientes aportan un plus de hidratación, muy recomendado para pieles con sequedad extrema, a menudo causa de una enfermedad cutánea, como dermatitis atópica, ictiosis, psoriasis, eczemas y dermatosis. En el caso de la psoriasis tienen un papel fundamental por su acción suavizante y antiprurítica en la fototerapia.
Este «extra de hidratación» característico de las cremas emolientes no es necesario en las pieles sanas.
En el caso de pieles con alguna patología se debe tener en cuenta el tipo de emoliente recomendado. Hay dos tipos:
- Las cremas emolientes hidrófilos. Se caracterizan por su acción hidratante.
- Las cremas emolientes lipofílicos. Mantienen el agua unida al estrato córneo por la formación de una emulsión oleosa.